Algo sucede entre el gato y yo. Estaba mirándolo desde mi sillón cuando se puso tenso, irguió las orejas, clavó la vista en un punto muy preciso del ligustro. Yo me concentré en él, tanto como él en lo que miraba. De pronto sentí su instinto, un torbellino que me arrasó.
Raúl Brasca
Un incontenible deseo de corretear entre las praderas, tras un molesto roedor recorrió cada célula de mi cuerpo. Confundida, sacudí la cabeza tratando de comprender lo que pasaba.
-Me estaré volviendo loca- dije mirándolo al gato, esperando una respuesta de èl. El felino se sobresaltó, y al comprender que era yo la que lo asustó, se acercó a mi, se metió entre mis piernas y comenzó a ronronear.
Gogo (Lucas Sacks) y Facha (Lucas SIAN) (5º)
Un ratoncito se paseaba frente al sillón...
Víctor y Ramiro (6º)
El ratoncito era de color marrón y corría muy velozmente, el gato salió rápidamente atrás de él, este se metió adentro de una cueva y se quedó ahí.
Mauro Gonzalo Santiago (1º)
Scot, mi gato, sacudió la cola, y vino a mí, otra vez, consumiendo su derrota.
Antonella y Joa (6º)
Mauro Gonzalo Santiago (1º)
Scot, mi gato, sacudió la cola, y vino a mí, otra vez, consumiendo su derrota.
Antonella y Joa (6º)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarMichichusa después de unos minutos, se canso; se fue a su canasto y se acostó a dormir. Al día siguiente tuvo diecisiete michichusitos. Al crecer estos felinos de la raza siamesa se siguieron reproduciendo hasta crear una gran familia. Fin
ResponderEliminar